miércoles, junio 27, 2007

Balam Rodrigo



Balam Rodrigo. Foto/Archivo Viento en Vela


Balam Rodrigo -Villa de Comatitlán, Chiapas, 1974-, es poeta y narrador. Cuenta, además, con estudios superiores en Teología y Biología, ciencias sobre las que ha escrito artículos de difusión. Su obra, acentuadamente poética (Hábito lunar, Praxis, 2005; Poemas de mar amaranto, Coneculta-Chiapas, 2006), ha sido reconocida con el Premio Estatal de Poesía Raúl Garduño (Chiapas, 2004), Premio Estatal de Crónica César Pineda del Valle (Chiapas, 2005), Premio Regional de Poesía Ydalio Huerta Escalante 2005 y Premio de Poesía Joven Ciudad de México 2006; galardón, este último, obtenido con su más reciente poemario titulado Libelo de varia necrología (Secretaría de Cultura del D. F., 2006). El jurado que le concedio por unanimidad a Libelo de varia necrología el primer Premio Ciudad de México, estuvo conformado por los poetas Raúl Renán, Óscar de Pablo y Eduardo Olaíz.

Así, con motivo de tan reciente celebración, la tarde de ayer en la Casa del Poeta Ramón López Velarde se presento tal poemario. La mesa fue moderada por la ensayista, editora, poeta y amiga nuestra, Claudina Domingo. Los encargados de recibir al autor y a su obra laureada fueron, respectivamente: Óscar de Pablo, Daniel Téllez y María Rivera, sensibles y lúcidos con la escritura de Balam Rodrigo. Al anochecer, el evento fue clausurado (¡de qué mejor manera!) con la lectura de algunos de los textos del poemario en voz de su autor, Balam Rodrigo, uno de los más destacados y prolíficos poetas de su generación y de las plumas méxicanas más recientes.


Óscar de Pablo, Claudina Domingo, Balam Rodrigo, María Rivera y Daniel Téllez.
Foto/ Archio Viento en Vela

Al vuelo, celebramos también el hecho de que cada vez haya un público más numeroso y auténticamente interesado en el acaecer de la nueva poesía mexicana; el de ayer, a propósito, es un notable ejemplo de ello. Es un gran gusto encontrar a otros bardos, dispersos entre el público, atentos a lo que sucede en el estrado. Este es un cordial saludo a ellos: Raúl Renán, Natalia González Gottdiener, Iván Cruz, Marco y Tanya Fonz, Daniel Saldaña y Manuel Becerra Salazar, entre los avistados.

Y al igual que ayer, cerramos esta nota mostrando un par de fragmentos de "Madame La Loca y sus noches gáticas", primer cuadernillo de tres que hacen el poemario. Pero antes, confirmamos nuestro entusiasmo por la poesía de Balam Rodrigo: un abrazo fraterno a él, y otro más a su estupendo Libelo de varia necrología. Escuchemos, pues, el canto sincero y selvático del poeta:

*

Sobre las aguas capitales del crepúsculo, tejen los gatos su roja
dentellada:
El sílex de su boca abre los pechos y las plumas de exquisitos
cardenales.
El viento arrastra los huesos, las hojas, las prístinas cadenas de la
edad entumecida.
Inicia gatopías el corazón y la ciudad pregona el filo que al ojo de
la noche sólo empieza.

*

Un maullido tenso y el silencio aniquilado bajo los párpados.
Lanza Madame sus dardos de saudade hacia la espera. Alrededor
de los jardines y la niebla, la pluvial almohada le murmura:
Ciudad. Sola extensión del odio y la tristeza de los animales sin
luz. Cordón umbilical del polvo que nos une a la placenta del
deseo. Pureza del vértigo y el fuego. Dama de los pájaros de la
sed. Negra flor cuyos frutos sin destino crecen en los huertos de
la fiebre. Atroz y vacua porque ni las calles, ni los sueños, ni los
gatos que ejecutan su música, pueden domesticarse. Ciudad.
Bestia oscura del corazón que se alimenta de las sábanas
ensangrentadas y de los desperdicios del dolor bajo la inmóvil
liturgia de la nieve.-

(de Libelo de varia necrología)


Christian Barragán/ Fotos y texto








1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, Balam. Qué bueno encontarte en cualquier lado.

Una leve corrección: al listar los jurados de uno de tus premios pusiste a Raúl Renán donde debía estar Max Rojas.

Lo importante, sin embargo, es que dicho premio estuvo más que merecido. Un abrazo,
Óscar de Pablo