Pronunciamiento en contra del despido del poeta Saúl Ibargoyen de la SOGEM
El problema no es una queja contra una institución sino contra una determinación. El despido del maestro Saúl de la SOGEM no hace menos a sus egresados ni a sus integrantes, pero si lastima una ética profesional, y por supuesto, lastima el buen juicio de quienes tienen la responsabilidad de elegir a los maestros que discuten y promueven la creación literaria. Los afectados no son los que pasan del cargo poético al cargo burocrático, y tienen la grandiosa facultad de elegir a los maestros que acompañarán a un grupo de jóvenes escritores. Ellos ya tienen una carrera, un puesto, un lugar, un trabajo. Quienes resultan efectados son los estudiantes, y en este caso con mayor razón por que les quitan a uno de los ya escasos escritores grandes que ayudan a los pequeños; un escritor solidario que puede pasar días enteros instruyendo, buscando un lugar para los jóvenes: a Saúl le interesan, le preocupan los jóvenes escritores. En mi caso, y sin ser alumno de la SOGEM, Saúl me ayudó a publicar, a escribir, a conocer el mundo editorial, el mercado editorial y jamás pidió nada a cambio. Es uno de los pocos poetas grandes que nos enseñó el complicado mundo en que habita la poesía y la divulgación poética: es un poeta crítico, con conciencia social y con sentido humanitario.
Por tal motivo pedimos que se reconsidere el retorno del maestro Saúl a las aulas de la SOGEM. De lo contrario, pensaremos que hay muy poca intuición, poco olfato, poca inteligencia de quienes se encargan de elegir a los maestros. Y que acaso, próximamnete en la SOGEM, Jorge Hank Rhon puede ahora coordinar un taller de apreciación a la poesía, y Elba Esther Gordillo un seminario de Estética.
Leopoldo Lezama
Por tal motivo pedimos que se reconsidere el retorno del maestro Saúl a las aulas de la SOGEM. De lo contrario, pensaremos que hay muy poca intuición, poco olfato, poca inteligencia de quienes se encargan de elegir a los maestros. Y que acaso, próximamnete en la SOGEM, Jorge Hank Rhon puede ahora coordinar un taller de apreciación a la poesía, y Elba Esther Gordillo un seminario de Estética.
Leopoldo Lezama